Esta pareja poco probable puede funcionar muy bien si él es dragón y ella es cabra. Pero aunque sea al revés, también saldrá adelante.
Son dos signos que se atraen físicamente y aunque tienen caracteres opuestos, si realmente están interesados en mantener la relación, podrán conseguirlo con poco esfuerzo.
La cabra puede asustarse de la fuerza del dragón y sentirse aturdida por su poder y su entusiasmo.
Por eso al dragón le conviene empezar tranquilo, ir embaucando lentamente a la dulce cabra y cuando ya esté rendida mostrarle toda su grandeza.
La cabra encontrará protección y bienestar junto al dragón.
Juntos crearán un hogar íntimo a salvo de la cruda realidad exterior.
El dragón deberá aprender a compartir las responsabilidades de la relación; deberá ser dulce y delicado para no agobiar a la cabra y tranquilizarla cuando se desequilibre.
La cabra tendrá que esforzarse para ser más independiente o corre el riesgo de sentirse prisionera en la relación.
Tendrá que soportar los cambios de humor del dragón y con el tiempo aprender a sortearlos o moldear sutilmente el carácter del ogro.
El dragón solicitará ternura a su cabra y a cambio le construirá un entorno ideal en el que ella pueda pastar felizmente.
Y ambos se reclamarán continua adulación por los siglos de los siglos.